¿Es un brócoli, una coliflor? No, ¡es romanesco!

Con sus picos de color verde y su espiral perfecta, el romanesco es casi demasiado bonito para comerlo. La verdura de aspecto alienígena es de la misma familia que el brócoli, la coliflor y la col rizada. Se cultiva en climas templados como Europa y California y, concretamente en España, podemos encontrarlo en la Huerta Murciana.

¿Qué es el romanesco?

El romanesco es un vegetal de aspecto único apreciado por su apariencia singular y su sabor suave. A veces se piensa que es un híbrido entre brócoli y coliflor, pero es botánicamente diferente, pese a estar conectado con ellos. La cabeza floral rodeada de hojas se parece a sus primas crucíferas, pero en lugar de tener esa forma de árbol pequeño, sus tallos forman espirales. Estas espirales casi perfectas, que juntas forman la espiral general, lo convierten en una opción ciertamente llamativa en el mercado.

¿Cómo cocinar con brócoli romanesco?

Enjuaga y seca el romanesco justo antes de cocinarlo. El tallo, las hojas y los tallos son comestibles, pero es posible que deban recortarse. Desecha las zonas marrones, rotas o demasiado duras.

Sírvelo crudo o escaldado como parte de una fuente de crudités o en una ensalada. Puedes cocinarlo al vapor o hervirlo y servirlo como un acompañamiento o incluyéndolo en guisos o mezclas de verduras. El romanesco también posee un agradable sabor si lo cocinamos a la plancha, o bien se puede hornear en tallos. Una vez lo tengamos preparado, se pueden agregar a pasta, risotto, pizza o servir como acompañamiento.

Como puedes ver, hay tantas formas de preparar el romanescu como formas de cocinar.

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